Magela Lisama Rojas Delgado
Centro habana
El 19 de abril,
miembros de la Federación Latinoamericana de Mujeres Rurales (FLAMUR), se
reunieron en su sede, ubicada en el capitalino barrio de Santos Suárez, para exigirle al gobierno, que mejore las condiciones de vida de los presos en las cárceles
y respete sus derechos, informó Nancy
Ramona Zamora Paz.
Durante la
reunión Belkis Felicia Jorrin Morfa, integrante de dicho movimiento expresó,
que la situación de los presos políticos Sonia Garro Alfonso y Ramón Alejandro
Muñoz González, recluido el primero, en la prisión Combinado del Este y la segunda, confinada en la cárcel El
Guatao, ambas en La Habana, es cada vez más crítica. “Ellos están injustamente
detenidos hace más de un año, por reclamar sus derechos violados por el
régimen”, puntualizó la activista.
Los presentes,
entre los que se encontraban algunos hombres, dijeron que la violencia no sólo
se pone de manifiesto en las cárceles, sino también en las calles. Alegaron que
es necesario todas las arbitrariedades pero, sobre todo, lo que ocurre en las
prisiones.
Anisley Pavón
Governa comunicó que ha sido víctima, en varias ocasiones de golpes y patadas
junto a su esposo, el disidente Yunier Larena Ibáñez, quien narró cuánto sufrió, cuando en un acto de
repudio hacia su persona, la Seguridad del Estado le provocó una herida en el
labio, a su pequeña hija de 6 años, Dalis Larena Pavón.
El encuentro
culminó con la lectura de los 30 artículos plasmados de la Declaración
Universal de Derechos Humanos, en la
cual Cuba fue gestora y signataria,
informó Lazara Mitjans Cruz.
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