lunes, 22 de abril de 2013

Con la fuerza de la unidad



Gesse Castelnau Jorrin
Centro Habana
Pasan los días y las noches y un concepto viene una y otra vez a mi mente: la unidad. Ese factor imprescindible, para que los grupos y personalidades de la disidencia interna cubana podamos mostrar al mundo un sólido rostro, que estimule el respaldo de la población hacia nosotros, y la solidaridad internacional. Objetivo: acelerar un cambio pacífico hacia la democracia.
La sangre de nuestros compatriotas fusilados; de los recluidos en horribles prisiones, por motivos políticos; de los torturados y de los condenados a someterse a un forzoso exilio, nos llama a continuar en ese necesario empeño.
Los integrantes de la oposición y de la sociedad civil nos esforzamos, desde hace años, por formar una coalición nacional, que nos permita aunar esfuerzos y coordinar la labor de los principales grupos que se oponen al anticuado régimen totalitario que impera en nuestro país.
Concilio Cubano, la Asamblea Para Promover la Sociedad civil y otras brillantes iniciativas que buscaban fomentar la unidad de las fuerzas democráticas dentro de la isla, ya son historia. La Agenda Para la Transición Cubana -que tomó gran impulso cuando se originó-, aunque existe y realiza una importante labor a favor de la democratización de la isla, no la integran imprescindibles agrupaciones con las que hay que contar para que el deseado cambio se produzca.
Por eso me atrevo a invitar a todos los que con gallardía y denuedo enfrentan a un sistema político basado en el crimen, la represión y la mentira, a unirnos. Unidad en la diversidad, es esa, nuestra principal tarea.
Enterremos nuestras diferencias –quienes las tengan-, y concentrémonos en las cosas que nos unen, como cubanas y cubanos demócratas.
Rescatemos ahora, y no mañana –podría ser tarde-, el espíritu unitario del Partido Revolucionario Cubano fundado por nuestro Héroe Nacional José Martí, en el siglo XIX.
Una concertación nacional que posibilite que trabajemos juntos y en armonía, es el sueño de todos los patriotas que, con frecuencia, somos insultados, detenidos y golpeados por los agentes de la policía política. Una coalición con una dirección colegiada, cuyos integrantes pongan a Cuba, antes que todo, en sus mentes y sus corazones, es nuetro anhelo.
El llanto de los familiares de Pedro Luis Boitel, de Juan Wilfredo Soto García, de Orlando Zapata Tamayo, de Oswaldo Payá Sardiñas, de Laura Pollán y de muchos otros compatriota, nos exhorta a ser inteligentes en esta hora decisiva.
En lo personal,  no quiero ver más a mi esposa, Magela, en peligro de muerte, por una negligencia médica, en un hospital del gobierno; ni tampoco saber que a varios de mis amigos los han apuñalado en riñas callejeras, donde muchas veces la policía no actúa, hasta tanto alguien resulte herido, o muera como resultado de una agresión.
Tiemblo al pensar en aquellos ancianitos que esperan ansiosos el anochecer, para salir a las calles de Centro Habana, o de otro lugar del país, para buscar en los tanques públicos de basura, objetos que le sirvan para aliviar su triste sobrevivencia.
Por el joven de 22 años que acuchillaron, hace pocos días en mi barrio, por los opositores políticos encarcelados, por los exiliados, por los veteranos de la guerra de Angola que están olvidados, por el negro, por el blanco, por las jóvenes que se prostituyen, en fin, por todos los que nacimos en Cuba y deseamos una patria libre e independiente, unámonos.
reportasincensuracuba.blogspot.com

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