Cuidado con
el Coco
Hortensia
Alfonso Vega
Marianao, La
Habana
Desde su arribo al poder,
en 1959, los castristas han utilizado la mentira como parte de su
estrategia para engañar y manipular a las grandes masas. Una de las
artimañas empleadas en este sentido ha sido la fabricación de un
acérrimo enemigo, Estados Unidos. Desde esa fecha “los platos
rotos”, como expresan jocosamente los cubanos, los paga el viejo
adversario.
Esta ha sido una historia
hábilmente preparada, sólo que con ella, los comunistas ya no
logran convencer a nadie. El pueblo cubano está hoy mucho más
informado y resulta difícil timarlo con la facilidad antes.
El gobernante Raúl
Castro exhorta a la ciudadanía a mantener el orden, la disciplina y,
sobre todo, a trabajar duro. Según dice el general, hay que
contrarrestar los efectos del bloqueo económico estadounidense y
prepararse para enfrentar una invasión norteamericana.
Los seniles dirigentes de
Cuba han asignado el papel del “Coco malo” (como en los cuentos
infantiles) al gobierno de Estados Unidos. Si los nacionales se
portan mal, no trabajan como esclavos, o no obedecen los dictados de
sus majestades, los comandantes,la “Revolución” se debilitaría
y el antológico brujo podría aparecer y exterminarlos.
Gracias a los castristas,
durante las últimas cinco décadas, un fantasma ha acosado a las
cubanas y los cubanos. Éstos han vivido bajo ese miserable engaño
durante todo ese tiempo.
Hoy, el influjo nefasto
del sistema castro-leninista lucha por esconderse, pero no puede. Por
eso los gobernantes culpan a otros de sus propios errores, sobre todo
a Estados Unidos.Es esa nación la responsable, según los
castristas, de los descalabros sufridos en los sistemas de educación
y salud; en el sector de la vivienda, en la economía, etc.
Para nadie es un secreto
en la isla, que el único culpable de la problemática cubana, es el
sistema comunista imperante. Pocos ya creen en las viejas profecías
de los comandantes de la Sierra Maestra. Muchas personas, sobre todo,
jóvenes, prefieren huir del país y que se los coma el Coco, antes
que resignarse a vivir el desastroso presente y el futuro luminoso
que nunca llega.
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